El retrato es, sin dudas, uno de los géneros más constantes y extendidos en la historia de la expresión artística. Cada artista, si lo es realmente, proyecta en el retrato, no solo el alcance del oficio que posee, sino a la vez su propio modo de ver al retratado, de valorar la dimensión que le atribuye a éste y de poner de manifiesto, percepciones subjetivas, características de quien construye la correspondiente imagen fisonómica.
Han existido retratos pictóricos y dibujísticos que pretenden la fidelidad al retratado, e igualmente otros cuyo propósito es expresar una relación emocional -lírica y hasta trágica- entre el artista y su modelo de referencia. Hay retratos poéticos y lacónicos, simbólicos o solo sugeridos, refinados y grotescos, psicológicos y caracterizados por transmitir una intencionalidad de tipo estético, en concordancia con el lenguaje o el estilo del artista que lo ha gestado.
Yo también sueño con serpientes, fue la propuesta artística que en el año 2013 vio la luz con un grupo de retratos -como los define el autor- “de personalidades”. Este conjunto de piezas trabajadas por Jesús Lara, pueden ser situadas en un canal expresivo de concurrencias que funde una de sus variantes estilísticas con estereotipos del rasgo expresionista y la búsqueda de facciones distintivas del homenajeado, trabajadas en líneas quebradas de evidente aliento cubista.
Su propósito declarado es el de rendir tributo a figuras coterráneas y contemporáneas que Lara admira y que de alguna manera le permiten aspirar a un nivel de identificación con él. Cada retrato de un hacedor artístico y literario de los que aquí valoramos, constituye una señal también del artífice que los ha realizado. Es como si Lara dialogara, mediante la intensificación visual de la memoria y la fotografía de referencia, con el sustrato espiritual de su retratado, a quien incluye entonces en una suerte de familia imaginaria con quienes puede conversar, establecer empatía, buscar conexiones psico-somáticas y medirse.
Hay que subrayar que no son esos los únicos retratos concebidos por el autor. Su profusión de vocabularios constructivos y alternativas técnicas lo ha llevado a generar otros, signados por el predominio del dibujo a línea o por una especie de lluvia de salpicaduras cromáticas, dada en sobre-conformar la semblanza, a la vez que deja evidente una deliberada soltura gestual. Es así que, gesto y naturalismo, legibilidad o efectos, tono apologético y factura asumida, suelen orquestarse para hacer de sus incursiones retratísticas, una parte más funcional y compartida de su amplio abanico de estilemas plásticos, que auxiliándose del título de la exposición, permite a Lara abrir posibilidades indirectas de interpretación, sostenidas en un reverso de la intensión aparente.