por: Yanet González Portal
Con la entrega del poemario ¨Amaranto¨ el artista de la plástica Jesús Lara Sotelo consuma una vasta producción literaria para el año 2015 con seis libros concluidos. Entre ellos el que presentara en el pasado septiembre, ¨Trece cebras bajo la llovizna¨.
Para el escritor y narrador Alberto Marrero, editor y prologuista de ambos textos, en ¨Amaranto¨ «el discurso rompe fronteras y su lugar es el mundo en que vivimos». Los conocedores de la obra de nuestro autor, tanto en el ámbito de las artes visuales como literarias, apreciarán la continuidad del discurso universal que caracteriza toda la obra de Jesús Lara, así como el protagonismo del hombre en su propia historia. Y en ¨Amaranto¨, según lo declara el prologuista, «el tratamiento de cuestiones relacionadas con el racismo, la homofobia, el sexo, el poder omnímodo, las drogas o el consumo irracional, entre otros temas, no desestiman el aliento lírico del libro».
De ese aliento y los propios temas cotidianos, escasamente vistos en la poesía, podemos hallar un ejemplo en las líneas de la prosa poética que titula ¨Víctor Hugo¨:
Desde su silla de ruedas le inquieta el barro. Es increíble que a un ser deforme como yo le preocupe la suciedad de las calles que no puede pisar, dice rascándose los testículos y luego calla. Él es genial cuando se queda mudo y completa el crucigrama de sus sueños con ademanes que solo yo logro descifrar.
En este sentido la poetisa cubana Lina de Feria reconoce en la escritura de Lara una constante renovación porque «es capaz de unificar a Freud con las rosas, no le teme a eso, a sencilleces. Ese es el arte de poder mezclar lo difícil con lo fácil, lo tremendamente aportante y lo tremendamente importante».
Pienso que al terminar la lectura de ¨Amaranto¨ el lector podría llegar a la misma conclusión que los detractores del poeta y decir «es demasiado». No por ello debe cuestionarse, pues desde los versos iniciales se avizoran los desvelos y la exultación de este libro que termina atreviéndose a todo. A decir del intelectual Alberto Marrero, Jesús Lara «ha acreditado una poética escritural que, si bien parte de la existencia humana como foco catalizador, se puede desplegar en infinitud de vertientes, aristas o esferas. Y si un rasgo unifica esta heterogeneidad, es su rechazo a dejarse definir». A un artista total y diverso como Jesús Lara no podía nacerle una poesía distinta a su esencia, sino esta que logra ilustrar tanto una mordida sanguinolenta, como la blancura intacta de un amanecer en San Petersburgo.
A diferencia de su anterior ¨Trece cebras bajo la llovizna¨, un poemario que anda libremente «entre la realidad y lo imaginado y expone sin reservas el acontecer contemporáneo», ¨Amaranto¨ cobra un sentido más palpable y menos predecible en la manera de decir, como cita el prologuista y ha dicho el crítico y escritor Virgilio López Lemus. Lara está en el camino de fundar «una poética que generalice su obra, que atrape toda la obra de él, tanto lírica (…) como la pictórica». Si en la lectura de ¨Trece cebras bajo la llovizna¨ es ostensible la sensación de estar observando un paisaje histórico y de cuestiones universales, en ¨Amaranto¨ cada verso narra con lupas, va a la vivencia personal y contagia de ella al propio lector y juega con él, como en este que titula ¨El color de la carne y el Pulitzer¨:
(…) Mi pensamiento es ácido y el helado me macha las camisas / Creo en la verdad y la orino con ganas desde un puente/ (la risa suaviza cincuenta tendones de la cara y alivia el estrés (…)
Jesús Lara Sotelo inauguró su poética a los veinte años con el libro ¿Quién eres tú God de Magod?, de un lenguaje exuberante, modernista y barroco. Con ¨Amaranto¨ considero cierra un ciclo de varias obras en las que lo excesivo se simplifica y pierde el temor de decir: las tribulaciones ahora son preocupaciones y los sahumerios perfumes, olores. La maestría de ¨¿Quién eres tú…¨ está presente en ¨Amaranto¨, no en la construcción lexical o lo repensado de las palabras, sino en la esencia de lo que es dicho, en ese gesto que Alberto Marrero define como «Un gesto de aversión, de inconformidad (…)».
Es este ademán es el que lleva al libro a sobrepasar los límites, a mostraros a un poeta sabio que no habla como los sabios y no teme beber en el cauce de lo antipoético para entregar poemas como ¨Opciones para morir¨ y ¨El eterno triunfador¨, donde se declara: «me dan miedo las mujeres inmóviles, las coaguladas, […] es difícil jugar a una temperatura que remueve el pasado / y me provoca un sudor tan espeso como baba de perro».
En el poema ¨Boomerang¨ y otros de ¨Amaranto¨ está la presencia ineludible de la escritura sentenciosa o aforística, en la cual Lara Sotelo ha probado su maestría con dos volúmenes: ¨El escarabajo de Namibia¨ (inédito), y Mitología del extremo, publicado en el año 2009. Aquí no aparecen separados del poema, como en su poemario Domos magicvs (2013), sino unidos a la construcción poética:
(…) Los avestruces corren a una velocidad que aturde/ y los leones a veces se cansan y al final desisten./ Pero huir tiene sus trampas, sus bruscos tropiezos./ Guarda los billetes y enfrenta las tormentas de polvo./ Recuerda que la verdad a tiempo es un arma.
Con la resistencia del arbusto del amaranto emerge la más reciente creación literaria de Jesús Lara Sotelo. Este poemario reafirma la voz poética del multifacético creador, quien considera al año 2015 «uno de los más relevantes para su literatura». En la conmemoración del 25 aniversario de su carrera artística, Lara entrega cinco cuadernos de poesía y a la vez continúa su creación en el campo visual. Así lo confirma su participación en la XII Bienal de Artes Plásticas de La Habana con la exposición ¨Irla¨, ampliamente reconocida por los críticos y por los diferentes medios de comunicación.
Este poemario convida al placer, a la aceptación, a comprender la dudosa pureza de los hombres y el «arte de tercera generación». Cual «nube con labios rojos» se eleva la lectura de ¨Amaranto¨, donde Jesús Lara Sotelo se entrega a su esencia de «vivir con lo descomunal».