Jorge Rivas Rodríguez
Con su obra toda —en particular la solidificada desde la llegada del nuevo milenio—, en literatura (poesía, narrativa, ensayos y aforismos), pintura, cerámica, fotografía, grabado, vídeo arte y composición musical, Jesús Lara Sotelo (La Habana, 1972), ha venido a constituir un fenómeno de la contemporaneidad, dentro del variopinto cosmos de la creación artística insular y latinoamericana, lo cual ha motivado el estudio de su legado por parte de numerosas connotadas personalidades de la cultura nacional.
Algunos de sus más férreos detractores, tuvieron la noble oportunidad de documentarse —e ilustrarse— sobre algunos de los principales valores de su prolífico quehacer artístico durante una suerte —y necesaria— demostración de la solidez de la carrera artística de Lara, al desarrollarse hace poco más de un mes dos grandes eventos: el primero, la macro exposición retrospectiva que ocupó todo el vetusto edificio del Centro de Artes Plásticas y Diseños de Luz y Oficios, en La Habana Vieja, donde bajo el título de Poemas capitales se reunieron piezas correspondientes a diferentes etapas de su desempeño creador.
Pocos días después, en la galería Teodoro Ramos, del Cerro, se produjo la apertura de la muestra Fuego y Meditaciones, todo un espectáculo visual “de lujo” donde convergieron pinturas, grabados y cerámicas. También allí se realizó el encuentro teórico-crítico Desde su voz otras voces: la poesía de Jesús Lara Sotelo, ocasión en que un grupo de estudiosos de la poesía, algunos poetas ellos mismos, profundizaron en la obra lírica del joven artífice.
Intelectuales de renombre internacional, como Marilyn Bobes, Alberto Garrandés, Omar Pérez, Alberto Marrero y Cira Romero entre otros, ofrecieron sus valoraciones acerca de la creación literaria de este autor que ha venido a irrumpir en la contemporaneidad artística insular como un volcán en incesante erupción en torno al cual ya contaba con el juicio de otras relevantes figuras como Alicia Alonso, prima Ballerina Assoluta y directora general del Ballet Nacional de Cuba; Eusebio Leal Spengler, doctor en Ciencias Históricas y Maestro en Ciencias Arqueológicas y en Estudios sobre América Latina y el Caribe, además de Historiador de la Ciudad de La Habana; Miguel Barnet Lanza, poeta, narrador, ensayista y etnólogo, presidente de la UNEAC; Frank Fernández, cimera personalidad de la pianística cubana: los poetas Premios Nacionales de Literatura Cesar López y Pablo Armando Fernández Pérez; y Alexei L. Sosna. director del Museo de Arte Contemporáneo de Moscú, crítico y poeta.
También han encomiado su obra personalidades del arte y de la crítica como Lina de Feria, poeta, dramaturga y profesora; el tempranamente fallecido doctor Rufo Caballero, destacado crítico, profesor y narrador; Virgilio López Lemus, poeta y crítico literario y de arte; Francisco López Sacha, narrador y profesor; los premios nacionales de artes plásticas Ever Fonseca y Pedro de Oraá; Liborio Noval: Fotorreportero cubano, Premio Nacional de Periodismo José Martí; así como los premios nacionales de historia Pedro Álvarez Tabío, historiador y editor, y Mildred de la Torre, escritora y Doctora en Ciencias Históricas.
Igualmente han reflexionado de forma crítica y favorable sobre el quehacer creativo de Lara, firmas tan autorizadas como Jesús David Curbelo, poeta, narrador, ensayista, crítico literario, traductor y profesor cubano; Amado del Pino, teatrólogo y crítico teatral cubano; María Elena Llana, periodista y narradora, figura cimera de la cuentística cubana; Roberto Manzano, poeta, ensayista, editor, promotor cultural y profesor cubano; Diana Balboa. Pintora, dibujante, grabadora y ceramista, de formación autodidacta; Jesús Ortega Irusta. Guitarrista y compositor cubano; Alberto Marrero Fernández, poeta y narrador, presidente de la Sección de poesía de la UNEAC; Eliades Ochoa Bustamante, compositor y músico de la música tradicional cubana; Pedro Simón, director del Museo Nacional de la Danza; Pedro Oscar Godínez, poeta, periodista y promotor cultural; David Mateo, crítico de artes plásticas; José Antonio Rodríguez; fallecido actor y director del Grupo de teatro Buscón; y Rafael Acosta de Arriba. Poeta, crítico y ensayista cubano. Doctor en Ciencias Históricas.
Y no ha sido casual que tantas prestigiosas voces se hayan alzado para expresar sus criterios sobre el extraordinario y misceláneo ejercicio intelectual de Jesús Lara, un extraño espécimen que de alguna manera rememora la multiplicidad de ideas creativas que hicieron de Leonardo da Vinci e, el ser más sorprendente del Renacimiento y de toda la historia del arte universal.
Lara, como un David ante Goliat, ha tenido que enfrentar, a lo largo de su carrera artística, infinidad de incomprensiones, superfluas evaluaciones sobre su labor artística y literaria y, sobre todo, ese extraño afán entre algunos críticos de arte y poderosos directivos por desconocer su obra y no interesarse por introducirse en los complejos laberintos del pensamiento y de la expresión de quien, al decir de Alberto Garrandés, es un “experimentador del paisaje, el fotógrafo incisivo, el pintor que no reconoce límites en el lienzo (pues los traspasa hacia lo performativo), el ceramista que intenta incrustar las grafías de la sensualidad en un relato absorto, el narrador videográfico que insiste en el valor de la mirada como confidencia y denuncia ética”.
Por suerte, y para bien del reconocimiento del arte insular, le ha correspondido a un segmento valiosísimo de personalidades de las letras cubanas, estimular el juicio en torno a la producción plástica de Lara, la cual han sabido interrelacionar de manera inteligente y justa con su ya prolífica creación poética, narrativa y ensayística; discernimientos muy bien fundados que igualmente han tenido el apoyo de otros grandes nombres de la cultura cubana.