Estas breves viñetas las comenzó a escribir su autor durante un vuelo de la Habana a Madrid, como bien se aclara en el subtitulo. ¿Divertimento o especulación? Ambas cosas. Un creador como Jesús Lara Sotelo nunca está quieto. Ora pintando, ora desbrozando con la palabra senderos oscuros, su creatividad es infatigable, casi un vicio (el vicio de la lucidez, como decía Ciorán).
A diferencia de su frondosidad habitual, estos textos son elípticos, una buena muestra de que el poeta sabe refrenarse y hacer gala de un asombroso poder de síntesis, esa manera limpia de decir y no decir, porque lo esencial se sugiere con inteligente elegancia, sin explicaciones cansonas y otras recurrencias.
Poemas de Madrid es, además, una mirada íntima, no conclusiva, de un poeta que sabe distinguir entre la banal y lo trascendente de la existencia.