Por Jesús Lara Sotelo
Foto: G.BlaskyStudio
Lo medio puede verse como la mitad, lo justo y lo que complementa. La medianoche la entiendo como el inicio de la posibilidad de renovarme cotidianamente y asumir nuevas horas, superiores a las ya vividas.
En este libro la medianoche es también mitad, complemento y más que nada la continuidad de los diálogos que, desde una lejana tarde de septiembre me unen al poeta, narrador y ensayista cubano Alberto Garrandés.
La narratividad que permite explicarnos y meditar en argumentos de vida, y que claramente aporta el novelista a este breve libro, es quizás, una de las mayores aspiraciones del conjunto que entregamos hoy.
Por mi lado, quise poetizar al mal, o a lo que es entendido en la mitología hindú del Ayyavazhi como ese demonio capaz de esparcir la oscuridad en el pensamiento del hombre. Este tipo de oscuridad, entendida como obnubilación de juicios, de atrofias, de parálisis y obcecaciones humanas choca y diluye aquí, con otra acepción de lo oscuro: lo interrogante, seductivo y espacio para introspecciones de la mente en el placer.
El personaje, el sujeto que muta en el caminante de la media noche luego de la caricia de lo oscuro (noche) nos convida: mire usted como amanece allí… diríase que estamos en un lienzo… y así, va acercándose, solo a través de la belleza, a disímiles acontecimientos cotidianos.
La belleza es, en fin, el nudo de estas páginas y está en los vínculos a grandes creadores del arte, la literatura o lugares sumamente encumbrados. Luego aparece detrás del reto de encontrarla en las propias debilidades humanas, las de la carne como el olvido, los desahucios temporales o espaciales, las soledumbres de la ciudad. Y en ese camino, la entendida expresamente en los toques del erotismo y la sensualidad.
El viajante de la medianoche que posiblemente avista el bien, se asienta en sus dominios y luego, cansado, transgrede las posibilidades, comete sacrilegios arquitectónicos, sociales, mitológicos y urbanos… También a diario regará los lirios del parterre, y transmitirá en vivo al mundo de Facebook ese acto cotidiano de derramarse hasta las raíces y el fluir del agua, como el de la vida en el tiempo.
Esta unión de posibilidades en el arte y la palabra que hoy tengo el privilegio de componer junto a Alberto Garrandés, es también el propósito de esa aceptación de la belleza, de sobreponerse a las inequidades del mundo, a las erratas cognitivas, a la violencia y al desamor.
Cronistas y andantes de la medianoche, mostramos aquí no más que la palabra. Esas que atenazan en lo oscuro y aspiran a sobrevivir al sol de este siglo.
http://www.centronelio.cult.cu/noticia/fronteras-con-el-otro-mundo
http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=21033&idseccion=30
https://www.ecured.cu/Jes%C3%BAs_Lara_Sotelo
https://www.ecured.cu/Alberto_Garrand%C3%A9s
https://www.amazon.es/Díptico-Medianoche-Jesús-Lara-Sotelo-ebook